jueves, 28 de mayo de 2015

Cueva de Aizartea

23 de mayo de 2015

Después de volver de la cueva, me junté con un amigo que me preguntó:



¿Qué tal en la cueva?


Bien contesté, no nos  ha defraudado.

A que habéis visto excéntricas, grandes banderas, formaciones helicoidales, platos epiacuaticos, cristales de hábito escalaenédrico, o helicocitas incipientes entre un mar de formaciones.

Mirándole y sin entenderle demasiado le dije:
Va a ser que no. Unas pocas formaciones diseminadas, interesantes algunas pero poco más, ahora eso de incipientes.. pues no sé.




Mi amigo entonces dijo:
Ah, pues ya sé. Esta vez os habéis dedicado a esos grandes pozos cuyo fondo no se ve y se necesitan ingentes cantidades de cuerda así como complejas instalaciones para acceder…

Pues también va a ser que no. Un par de pequeños pocetes para bajar al piso inferior, casi hasta destrepables.



 Entonces comento mi amigo:
Ya sé. Habéis visto grandes salas abovedadas con multitud de formas para dejar hacer a  la fantasía.

Pues no. Tampoco. A lo más y debido a las margas alguna pequeña salita con bloques desprendidos que no se prestaban mucho a dejar volar la imaginación, aunque claro, todo depende.

Mi amigo empezaba a fruncir el ceño…
Ya sé, dijo, tenía río, cristalinas y verdosas pozas que reflejaban como un espejo..

Pues tampoco, un pequeño río que correteaba, incordiando en algunos pasos, ya que casi había que mojarse…





Ahora si, dijo. Tenía bonitos colores ya que con el agua filtraría algún mineral.

Pues tampoco. Meandro calizo y luego en margas de roca mayormente homogénea.

Pero algún mineral o piedra o hueso o lo que sea habríais encontrarlo.

Que va,lo único que sacamos fue mucho barro por ajuar.

Y entonces, ¿cómo era? ¿Qué tenía? Preguntó.

La cueva es un amplio meandro, tiene dos pisos y casi 2 kilómetro de desarrollo, en su mayor parte un río recorre la cavidad. Unas zonas fáciles y otras un tanto más penosas, un pequeño pozo y un meandro desfondado comunica con el piso de abajo, eso sí, sales cansado.




Pero, ¿os gustó?

Mucho. Tiene dos posibilidades de recorrido como de dificultad media y otro  difícil y nos resultó muy curiosa y entretenida, destacar una gatera ascendente y luego horizontal en forma de v.

¿Y qué hicisteis?

Pues casi se podría decir que el recorrido del contorneo. Te ibas doblando como podías para ir pasando algunos pasos. También nos resultó muy llamativo  una galería que vimos, bastante larga, con barro y pasos bajos que no sale en la topografía. Eso si estaba bastante pisada. El río en ese punto tenía hojas y algún trozo de plástico, por lo que cabe suponer que puede tener alguna pequeña conexión con el exterior.



Claro¡¡ -dijo mi amigo- buscabais una conexión o una nueva galería.

Qué va. Si esta cueva está más trillada que un trozo fértil en un erial…

Entonces, ¿qué tiene?

Pues nada y todo. Cada cueva es diferente y por lo general todas tienen su gracia, pero la verdad es que resultó muy interesante.
Y es que, como dice otro amigo: “L’espeleologie  est diferent”.

Otro bonito día para el recuerdo, como lo es compartirlo con los amigos.



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